viernes, 23 de agosto de 2019

“Miss Gaby, me toca mi vagina y me dice que le haga lo mismo a mis amigos”, está mañana será llevará a cabo la audiencia de un proceso legal interminable donde los padres claman:Justicia para “N” una nena de entonces 3 años.

Por Yohali Reséndiz 

2016 - 2017

Nadie podía imaginar siquiera que la joven, -de entonces 27 años-, maestra de kínder, dulce y amable pudiera ser capaz de lastimar a una niña o a un niño. 

Era tarde, cuando la pequeña “N” de 3 años,  se quedó al cuidado de su abuela, cálida y amorosa. 

“Mi celular comenzó a sonar, fui a responder y cuando regresé, mi nieta estaba desnuda y me pidió que le tomara unas fotografías. Yo la cuestioné sin agresión con paciencia y cariño, actué lo mejor que pude para averiguar qué pasaba....entonces comenzó a contarme lo que le hacían dentro de la escuela Círculo Personalizado S.C. ubicado en José María Castorena 672, colonia El Molino, en la Alcaldía de Cuajimalpa. Fue muy doloroso escuchar cuando me platicó,  que a ella y a sus compañeros les quitaban la ropa, mientras que dos hombres les tomaban fotos. Me dijo: abuela, con Miss Gaby, jugamos al trenecito, el pilin de los niños va en la cola de las niñas frente a Miss Gaby”

A partir de ese momento, la pequeña narró una a una las experiencias de los abusos durante el ciclo escolar 2016-2017 y todo lo que ocurría en el salón de clases donde “Miss Gaby” abusó al menos de 11 niños de entre 2 y 3 años de edad. 

Los padres de la pequeña “N” comenzaron a averiguar con otros padres y efectivamente con terror se dieron cuenta que aquello contado por su hija, era verdad.  Ellos le creyeron desde el principio y hasta hoy, han hecho lo correcto con ella, desde lograr una terapia adecuada, hasta alcanzar sanación para su pequeña y prácticamente rogar: justicia.

En junta, los padres de los niños y niñas, compañeros de “N” daban detalles de los cambios en sus hijos, sus miedos. Entonces, supieron del significado de los terrores nocturnos de sus hijos o el llanto que ellos llamaban “berrinche” a la entrada de la escuela, entre otros síntomas y retrocesos como el de uno de ellos cuando perdió el habla. Pero, a pesar de la lógica como en la mayoría de los casos masivos de abuso sexual y con todo y los síntomas que enfrentaban sus hijos, solo 2 familias de 11 se atrevieron a denunciar. 

“Verdad que no tengo lágrimas, verdad que no tengo lágrimas” decía mi nieta, cuando salía de la escuela, sin nosotros saber por qué decía así, recuerda una abuela herida a periodismoatodaprueba.blogspot.com 

La pequeña “N” narró a sus padres y a Bosty (prueba para determinar la agresión sexual aplicada a menores) que la maestra los abofeteaba, les pegaba en la frente, y dio detalles que dejaron entrever el abuso también psicológico. 

Además con su declaración que consta en la carpeta CIFDS/FDS-6/UI-FDS-6-02/0074407-2017 se pudo también asentar que la directora y dueña del Colegio de nombre María Elena Apilano Lemus y el esposo, Andrés Estanislao Hernández Hernández, fueron  cómplices de “Miss Gaby”

 “N” fue obligada a repetir los tocamientos con algunos compañeros y compañeras y eran grabados y abusados sexualmente.

“Miss Gaby, me toca la vagina y me dice que le haga lo mismo a mis amigos” dijo la niña en voz baja a su familia, ahí el mundo se detuvo para una familia, que aún con el dolor, en junio del 2017 iniciaron el proceso legal en contra de la maestra del colegio privado “Círculo Infantil Personalizado S.C.”

Era un miércoles, cuando un puñado de policías de la Fiscalía Central de Investigación para la Atención de Delitos Sexuales de la Ciudad de México en convenio con la Policia de Investigación del Estado de México detuvieron a la imputada  por su probable participación en el delito de corrupción de menores agravado. 

La detenida desde entonces se encuentra recluida en el Centro Femenil de Reinserción Social de Santa Martha Acatitla, donde se le ha vinculado a proceso y ha sido un tortuoso camino legal donde los padres suplicaron a la SEP entonces en manos de un incapaz Aurelio Nuño y un insensible Luis Ignacio Sánchez nada hicieron por orientar ni apoyar a los padres de cada caso denunciado por esta reportera. 

La importancia de esta audiencia es el desahogo de las pruebas presentadas en contra de una Miss que falló en los cuidados y seguridad de los pequeños, jodiéndole la vida a los padres, trastocando la seguridad y atentando con la niñez de pequeños que solo han sido víctimas. 

Así que, después de más de 2 años, deseamos que los tres jueces que presidirán esta audiencia, sean receptivos para en su momento condenar a quién agredió y lastimó directamente e indirectamente a los pequeños que estuvieron bajo su cargo dentro de un salón de clases. 

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lunes, 19 de agosto de 2019

Descansa en Paz, Leydi Magali, tu feminicida fue detenido.


Por Yohali Reséndiz

Hacía calor, sin embargo nadie de aquel autobús que trasladaba pasajeros de Cuernavaca a Cuautla sudaba, excepto un hombre. 

Ni un pasajero ni el chofer reconocieron su rostro que ya era viral en Facebook, gracias a una credencial que olvidó en la vivienda de la Colonia Carolina después de cometer su horrendo crimen.

Al echar un vistazo por la ventana, se asomaba la colonia Cuautlixco, y aquel viajero pidió descender. Cuando cruzó la calle, aquel hombre de 33 años no imaginaba que la Fiscalía de Feminicidios, contaba ya con una orden de aprehensión cumplimentada por agentes de la Policía de Investigación Criminal adscritos a la Zona Oriente y de elementos de la Guardia Nacional, en la Colonia Centro del Municipio de Cuautla, y que todas las corporaciones policiales del estado de Morelos tenían la consigna de buscarle al ser el principal sospechoso del abuso sexual y asesinato de Leydi Magali.

Sabía su crimen, otro más, porque antes que esto, ya había matado a un hombre. En su mente rondaba una y otra vez como película lo que había hecho aquel 10 de Agosto, a una de las vecinas de su padre y se arrepentía de haberse robado un tanque de gas, aunque eso era lo de menos, había violado y asesinado...por eso huía. 

Pasaba la hora de la comida, cuando el reloj marcó las 16:40 horas, la abuela de Magali la encontró herida, no sabía que había sucedido, pegó un grito y salió corriendo de la vivienda a pedir ayuda. Varios minutos después, los servicios de emergencias llegaron pero sólo para confirmar la muerte de la menor. 

La pista más importante fue  un descuido pues al cometer el delito su credencial cayó en el lugar de los hechos además de  un video de una cámara de vigilancia ubicada en la calle de Jesus H Preciado y Puente 2000 de la misma colonia, a casi 300 metros de la vecindad, donde se observa que sale cargando un tanque de gas. Al mirar la secuencia de la imagen, los vecinos y comerciantes de la zona, identificaron que la descripción coincidía con la de José Alfredo “N” alias “El Manitas”, el hijo de un inquilino de la vecindad que trabajaba como “viene viene” en una tienda de autoservicio en Cuernavaca y que de vez en vez, visitaba a su padre.

Al realizar una inspección al interior de su vivienda, los agentes especializados hallaron el objeto con el que sometió y asesinó a Magali y residuos de mariguana.

José Alfredo “N”, “El Manitas”, ingresó al Centro de Reinserción Social (Cereso) de Morelos, ubicado en Xochitepec.

Desde este blog, daremos seguimiento a la sentencia del feminicida de Magali. 

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jueves, 15 de agosto de 2019

“Me violaron los policías” “No te creo nada” “Tú nunca me crees”

Por Yohali Reséndiz

Aquella madrugada del sábado 3 de Agosto, la joven de 17 que acusó a cuatro elementos de la policía capitalina de presuntamente violarla en una colonia de la alcaldía de Azcapotzalco regresaba de una fiesta.

En su declaración, ante la Fiscalía de Delitos Sexuales de la Procuraduría capitalina, declaró que unos amigos la habían acercado a dos cuadras de su casa.

Dos videos particulares de la primer (San Sebastian y Nopatitla) y segunda cámara (Nopatitla), registran que a la una de la mañana con 47 minutos, la joven desciende de un vehículo en la esquina de Nopatitla y San Sebastián. Luego la segunda (Nopatitla) y tercer cámara (Nopatitla) captan a una patrulla circulando por la calle de Nopatitla esquina con la Calzada San Sebastián con una hora de diferencia, -una explicación del desfase es que en un cambio de horario, este tipo de cámaras deben actualizarse manualmente-, muestra a una patrulla con al menos 4 elementos de la policia capitalina.

En dos videos se observa a la joven caminando pegada a las casas, prácticamente deteniéndose a la pared, incluso se le observa tambaleante, ya en la calle de Nopatitla, pasando cinco predios toca insistentemente el timbre.

El dueño se alarma, -no es para menos son casi las 2 de la madrugada-, pregunta quién es y una joven parada en la puerta por la parte de afuera le contesta, “no sé qué le ocurría pero decidí llamar al 911”, dijo a esta reportera.

Aquella llamada ciudadana re dirigió a la patrulla que minutos antes la cámara dos y tres había captado circulando por Nopatitla y cruzando San Sebastián, minutos antes de que ella bajara del coche donde venían sus amigos. La instrucción de la operadora a los policías fue atender una llamada de auxilio en la calle Nopatitla.

Los patrulleros llegaron casi de inmediato pues estaban a casi cuadra y media según el video de una cámara del C-5, instalada en la zona, al mirarla, la patrulla frena y uno de los elementos se baja para saber que necesita.

“Jamás la perdí de vista, nunca la subieron los policías, todo el tiempo estuvo en la puerta de mi casa”, recuerda ese testigo.

Siguiendo el protocolo de atención ciudadana, el oficial le preguntó a la joven cuál era la emergencia, la joven dijo que: “ninguna” y mencionó que vivía a dos cuadras, el policía ofreció llevarla y ante la negativa de ella a subirse a la patrulla, le ofreció escoltarla desde el vehículo hasta su domicilio. Ella se negó y siguió tocando la puerta.

En menos de un par de minutos, llegaron al lugar al menos 2 patrullas más, una pick up, y una ambulancia del ERUM, la joven en ese momento, jamás acusó a nadie de haberla violado, fue hasta el encuentro con María de los Ángeles, su madre quien también acudió al llamado y auxilio de su hija con quien la joven acusó:

“Me violaron los policías” le dijo la joven. “No te creo” respondió su madre. “Nunca me crees”.  Quienes son? No están aquí.

“Ella pidió entrar a mi baño, incluso entró acompañada de una mujer policía” dice el testigo.

Los exámenes toxicológicos de la joven arrojaron positivo en Cocaína, Mariguana y LSD, aquella madrugada de la presunta violación, ella estaba alcoholizada.

Los exámenes practicados por el médico legista y que constan en la carpeta de investigación  CI-FDS/FDS-4/UI-FDS-4-01/00487/08-2019
determinaron que aquella madrugada no hubo violación pues no encontraron en su cuerpo, rastros de forzamiento ni de semen.

Esta reportera ha recibido desde la publicación de tres tuits correos agresivos a mi persona donde se me cuestiona no “ser empática” con la víctima siendo mujer, incluso se me exhorta a tener los huevos para presentarme a una marcha mañana viernes y “tener los huevos” para sostener lo escrito. Se me acusa de tener “línea” y ser una reportera “chayotera” y hasta se me desea que alguien me viole reiteradas ocasiones para que “entienda” a la víctima.

Jamás he recibido un peso de nadie. Y puedo ser tener tanta empatía como cualquiera con alguien. Sin embargo, desde ayer, cuadro por cuadro tuve acceso a los videos, hablé con varios testigos e incluso busqué a la madre de la joven sin respuesta. El acceso a la carpeta fue contundente y como profesional tomé la decisión de etiquetar a las autoridades para de alguna manera hacerles saber que estaba al tanto de la investigación que tienen en sus manos, y la gravedad que ha provocado una aseveración de una joven menor de edad en la entraña de toda la mujeres. Es verdad, hay pésimos elementos dentro de las corporaciones del país, verdad, que también tengo la suficiente capacidad para reconocer qué es verdad y qué mentira y publicarlo con las pruebas que tengo o presentan ante mi y NO hacerlo público significaba para mi la oportunidad a un violador y restarle a su víctima (y a las mujeres) la posibilidad de que no recurran a la policía a denunciar y a la justicia.

No necesito que me violen en reiteradas ocasiones para tener “empatía” pues la he tenido desde siempre con las víctimas de las historias que he hecho públicas. Lo de la joven a mi no me toca juzgarla sin embargo, utilizar el verbo “mentir” y conjugarlo puede incomodar a muchos y lo lamento. Pero en esta denuncia periodística como en todas que he hecho públicas los hechos son contundentes e irrefutables.

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