Por Yohali Reséndiz
Nadie habla de ella pero existe. La violencia se aprende, no se hereda. Hay hijos que maltratan, ignoran y golpean a sus padres.
Bertha Gonzalez Espinosa, tiene 83 años. Es débil visual desde hace 40 años. Se casó con José Guadalupe Bravo y tuvo 6 hijos: María Guadalupe, José Luis, Arturo, Daniel, María de la Luz y Mario (finado). Durante más de 60 años ha vivido en la Calle Guadalupe Victoria, número 15, Col. San Lucas Patoni, Municipio de Tlanepantla, Estado de Mexico.
Bertha, es víctima de maltrato por parte de sus hijos, la diferencia es que ella se ha negado a ocultarlo y decidió hablar y denunciar en periodismoatodaprueba@blogspot.com
"Les pido a las autoridades que me ayuden. Mis hijos me quieren desalojar de mi casa" ha dicho Bertha a este blog.
Con el paso de los años, María Guadalupe, la hija mayor, se hizo cargo de su madre y vive con ella en esa misma dirección.
Hace siete años, José Guadalupe hizo su testamento y dejó a tres de sus hijos como herederos: María Guadalupe, María de la Luz y Daniel y como albacea a Arturo quién al enterarse que él era Albacea, (aún sin que su padre muriera) comenzó a presionar y a provocar a quienes vivían en esa casa para que se largaran.
Después de morir, su padre, María de la Luz, Arturo y Daniel lograron con engaños que su madre ciega les cediera los derechos de la casa. Y no solo eso, desde hace dos semanas, Daniel (quién vive en la misma casa) le ha cortado el suministro de agua a su madre y a su hermana y ha puesto candado a una de las dos puertas a fin de impedir el libre tránsito, simplemente porque Daniel se ostenta como dueño sin que un solo ladrillo le haya costado. Además ha amenazado con que, cambiará las chapas de la casa.
Aquí como en muchos otros casos, a todo lo anterior se le llama: violencia
DESPOJO Y MALTRATO
Al fallecer, José Guadalupe, Arturo decidió llevarse a su madre a su casa y ahí permitió que su esposa e hija le pegaran a Bertha. "Ya no tiene nada y se morirá como un perro" recuerda Bertha que así le decía su nuera, Guillermina.
Su hija, María de la Luz vive en Estados Unidos desde hace muchos años, pero al fallecer su padre vino a México a exigirle a Bertha, su parte de la casa.
Cuando aún vivía José Guadalupe, cuentan los vecinos que Daniel en varias ocasiones le pegó a su padre en el patio. Y a Bertha, su madre, la trató de ahorcar en una discusión. Él le ha exigido que se largue de esa casa de la que es dueño. Daniel cree que ese documento también le da el derecho absoluto para maltratar a Bertha verbalmente y psicológicamente.
Arturo, María de la Luz y Daniel con engaños le dijeron a Bertha que la llevarían a arreglar su pensión cuando en la realidad la llevaron a una notaria y ahí Bertha puso su huella confiando que era para su pensión cuando en la realidad era la sucesión de derechos para ellos sobre la propiedad.
El tiempo para algunos adultos mayores es una pesadilla. Primero, enfrentar las carencias económicas y enfermedades pero lo peor es, cuando se convierten en víctimas de las personas que mas aman en este mundo, sus hijos. Hijos, que los despojan, abandonan y maltratan. Hijos, que adquieren una propiedad, base de trabajo, sacrificio y esfuerzo de sus padres no de ellos. Hijos, que maltratan físicamente, psicológicamente y luego abandonan.
Casos como el de Bertha nos obligan a reflexionar sobre la falta de conciencia de los hijos y padres y de como a veces los mismos padres son quienes lo generan porque no han sabido establecer límites adecuados que se quiera o no deriva en una falta de conciencia, de derechos y deberes que solo abrirá la puerta a conductas delictivas, y claro, al saberse un hijo con poder y a pesar de darse cuenta de las terribles consecuencias de sus actos, no hay nadie que los detenga.
¿Cuántos casos como el de Bertha conocemos por ambición? Diariamente se cuentan por decenas los hijos que utilizan la violencia para obtener un beneficio económico de sus padres.
Daniel, María de la Luz, Arturo han violentado a su madre por una herencia.
¿Y de quién es la culpa?
Y sí, muchos padres creen que sus hijos merecen "todo" y esa es solo una estúpida manera de compensar lo que ellos mismos no recibieron cuando eran pequeños porque sus padres "no tuvieron las mismas oportunidades". Grave error.
Y sí, existen hijos malagradecidos que no dan ni las gracias del más mínimo acto de amor de sus padres hacia ellos.
En el caso de Bertha y José Guadalupe jamás hubo límites respecto a la conducta de sus hijos, por el contrario. Bertha, tiene hijos adultos con intolerancia a los límites y no solo eso, sin cumplir deberes ni obligaciones de ningún tipo quieren arrebatarle el espacio de confort y tranquilidad que le queda. De allí que la violencia esté siempre tras la puerta.
Bertha tiene derecho a vivir sin violencia. Sus hijos con engaños ya le han quitado (jurídicamente) su patrimonio. La conducta delictual no debe ser tolerada y el callar e ignorar este tipo de violencia que acosa a nuestros viejos es permitir.
Los planes de los hijos es desalojar a Bertha y a quién la cuida que es María Guadalupe, sin ellas en el terreno los planes a futuro es derribar la construcción para edificar departamentos en el terreno que fuera de sus padres y vivir de lo que genere.
Bertha necesita un abogado con urgencia. Un abogado que le orienta y permita resarcir el daño. Bertha cometió un error: crió cuervos en lugar de hijos.
¿Tienes una denuncia?
Si deseas apoyar a Bertha envía un correo a: periodismoatodaprueba@gmail.com
@yohaliresendiz
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