viernes, 21 de noviembre de 2014
¿QUIÉN GOLPEÓ A ESTA REPORTERA? #FueElEstado
Por Yohali Reséndiz
"El Paro Nacional" pacifico había llegado al adolorido corazón de la Ciudad de México.
Cientos de ciudadanos y padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos habían avanzado por sus arterias en tres marchas.
A esta reportera se le asignó cubrir el contingente del Ángel de la Independencia para los distintos medios de Grupo Imagen (98.5FM, 90.5FM, ExcélsiorTv, CadenaTres y Periódico Excélsior) para los cuáles trabajo. Aquella marcha multitudinaria reunió varias organizaciones, ciudadanos, niños, padres de familia y estudiantes que llegaron al Distrito Federal desde distintos puntos de la ciudad y del país....
Ya no cabía un alma en el zócalo y así, frente al mundo, una joven con voz clara y fuerte leía y exigía el siguiente pliego petitorio:
1) La presentación de los 43 estudiantes vivos levantados en Ayotzinapa el pasado 26 de Septiembre.
2)La salida del Presidente Enrique Peña Nieto
(fue entonces cuando la multitud convocada señaló un cartel con la fotografía de Enrique Peña Nieto y gritó: ¡Asesino! ¡Asesino!)
3)Habrá una nueva marcha el 1 de Diciembre -dijo- y también tomaremos de manera simbólica el zócalo de esta ciudad, el 6 de diciembre. A su vez, en el templete, las lágrimas de algunas madres rodaban por su rostro, mientras que los puños de los hombres eran levantados en señal de lucha y protesta. Entonces, justo en ese momento, un pueblo solidario y herido comenzó a contar:
1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11,12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27, 28, 29, 30, 31, 32, 33, 34, 35, 36, 37, 38, 39, 40, 41, 42, 43....¡JUSTICIA!
Recuerdo haber visto la hora, 20:15 marcaban las manecillas de mi reloj, era la hora en que terminaba no un desfile sino una marcha de un pueblo contra el gobierno. Un pueblo, que ya despertó.
Pronto, las personas comenzaron a arremolinarse, a pesar de ser un lugar abierto hubo algunos apretones, pero rápidamente se abrieron espacios y comencé a buscar con la mirada a Miguel Mata, mi camarógrafo. No lo encontré. Mientras me abría paso entre la gente, escuché voces que hablaban con orgullo de la respuesta a la convocatoria. Las parejas se abrazaban, las familias se les veía contentas, satisfechas, los niños corrían alrededor de sus padres.
Luego.....reinó el caos y la violencia.
Un grupo de 150 jóvenes encapuchados aproximadamente comenzó a aferrarse a las vallas metálicas colocadas alrededor de Palacio Nacional y comenzaron a arrojar botellas a los elementos de seguridad que formaban el perímetro de resguardo. Mi celular sonó. Una compañera de Excélsior Tv me anunciaba que en minutos entraría en vivo. Casi al mismo tiempo, uno de esos jóvenes encapuchados se logró colocar arriba de las vallas frente a la puerta principal de Palacio Nacional y comenzó a retar a la autoridad, detrás de él decenas de jóvenes lo respaldaron y forzaron la violencia.
Minutos después, aquel joven retador brincó mientras los demás celebraban, logró esquivar a los policías hasta llegar a la puerta principal, pero en segundos fue encapsulado. Mi celular sonó de nuevo y comencé a narrar lo que mis ojos veían y mis oídos escuchaban. Lo único que recuerdo es que un mar de personas se me vino encima y cuando mencione: "un grupo de encapuchados ha comenzado a retar a la policía (lo cual fue cierto)" uno de esos cientocincuenta jóvenes encapuchados volteó y furioso me soltó un puñetazo en la cara. Lo que vino después fue un sabor a hierro en mi boca y comencé a sentir un liquido caliente salir de mi nariz. Una señora me ofreció papel de baño y me apretó el tabique nasal para detener la hemorragia, yo sentía mi mejilla caliente y por un momento....que mis dientes se caerían, me armé de valor y quise sentir los daños con mi lengua por dentro mi mejilla y un escalofrío me recorrió...sentí un corte horizontal en la encía superior izquierda. La adrenalina a flor de piel.
Comenzaron los bombazos.
Mi celular no dejó de sonar y respondí a los enlaces hasta que se acabó la pila, comencé a reportar los hechos desde dentro del ojo del torbellino de violencia que se formó. Narré como los ciudadanos suplicaban a los policías: ¡No a la Violencia!
Consigné como la policía se había llevado a varios jóvenes. Y también que la policía golpeaba a adultos mayores o mujeres y que en segundos el Zócalo se había convertido en una batalla campal entre policías y ciudadanía harta y cansada de abusos policíacos.
También al aire, di cuenta de cómo los ciudadanos con desesperación trataban en vano de rescatar de las garras de la policía a los jóvenes que se llevaba. Describí el enfrentamiento de padres y madres de familia contra la policía y cómo los rostros de la policía sonreían porque ni siquiera los rasguñaban.
Hubo un momento en que David Santiago, Reportero de Grupo Radio Centro al dar su reporte informativo se quedaba sin saberlo entre un retén de la policía. Al ver esto, corrí y lo tomé de la mano para sacarlo de ahí, luego por supuesto me disculpé y le expliqué. De verdad, todo era un caótico.
Los minutos pasaban y aquella violencia no disminuía, ciudadanos corrían de un lugar a otro tratando de encontrar un lugar seguro. En otro enlace hablé sobre el valor de la ciudadanía y cómo logró encapsular bajo consignas reales y de paz a la policía. En mi crónica relaté que la ciudadanía ya había perdido el miedo, y que al grito de "Somos más" lo ocurrido quedaría escrito para siempre en la larga historia de hartazgo que se escribe en este país desde hace muchos sexenios.
Cualquier político puede minimizar lo que ayer ocurrió. Cualquiera puede hacer su análisis sobre el tema. Lo único cierto, es que el golpe a esta reportera se quiera o no, me lo dio el Estado, por su ineficacia, inestabilidad, ingobernabilidad, incapacidad, ante las tragedias que viven cientos de familias mexicanas, no sólo 43.
Tengo muy claro, que el puñetazo en mi rostro no fue a la mujer, no fue a Yohali Reséndiz, sino a la periodista porque se quiera o no, en nuestro país hay un Estado que reprime, minimiza, pacta y censura la información. Es innegable que existen periodistas, columnistas, reporteros y conductores agachados que aceptan "línea" y "edición" y no critican sino adulan al poder. Pero, todo tiene una explicación, sólo son unas caras lindas y unos baquetones que reciben sueldazos pero lo cierto, es que están plenamente identificados y todos sabemos que son unos cabezas huecas y arrastrados.
Hay que también decir que existen decenas de reporteros que estamos transmitiendo la noticia en las calles y no justamente desde la comodidad de un estudio. Somos muchos los reporteros indignados (entre ellos me cuento) los que todos los días defendemos nuestras notas con el riesgo incluso de quedarnos sin empleo. Reporteros víctimas de la censura de un mediocre jefe de información o de un asistente que jamás ha salido a la calle a reportear. Reporteros que hemos encontrado en las redes sociales un bálsamo para denunciar y hacer el periodismo en el que creemos, ejercemos, respetamos y amamos siempre por supuesto, respetando la inteligencia de quién nos lee y nos sigue.
Y sí, ese puñetazo me lo propinó un encapuchado, pero si analizo bien, pudo ser un infiltrado del estado o bien un estudiante cansado de los abusos y harto de las mentiras que escucha en los medios de comunicación y lo único que puedo decir a su favor es que tiene razón. ¿Realmente los medios de comunicación son imparciales y críticos del poder? La verdad, no. Todos tienen su talón de Aquiles. Todos.
Lo único que diré al respecto, es que lo ocurrido fue lamentable, pero también una lección al gobierno de que ya nada será igual a partir de esta marcha y donde queda claro que los ciudadanos no son estúpidos y ya no necesitan esperar el noticiero estelar de "Joaquín" o de su televisora favorita para enterarse de la historia de este país contada por pseudo periodistas.
El golpe lo traigo en mi mejilla y labio superior izquierdo, además siento una especie de bola entre mi nariz y mi comisura izquierda, sé que en unos días éste golpe se desinflamará, sanará y desaparecerá y que ayer aún con eso, no dejé de informar responsablemente y veraz ni un sólo minuto sobre este enfrentamiento entre el hartazgo y la brutalidad y represión policiaca. No omití decir que el pueblo exige la renuncia de Enrique Peña Nieto y tampoco olvidé mencionar que hubo jóvenes inocentes levantados por la policía.
Que esto quede claro, el puñetazo recibido sólo adormeció una parte de mi boca pero jamás me calló.
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¿Tienes una denuncia?
periodismoatodaprueba@gmail.com
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Conmovedor y aterrorizante relato de lo que sucedio, de lo que te sucedio y hoy aunque ya lo sabía, confirm lo grande y lo profesional que eres, personas como tu hacen falta para que este país al que quieren ver arruinado y de rodillas salga adelante, vaya para ti mi admiración y respeto, sabes que te tengo un cariño muy muy especial y que te respeto en lo
ResponderEliminarprofesional pero en lo personal como una MUJERONA ere mi máximo. un beso.
Soy Ricardo del Angel, vi tu noticia en vivo anoche por la tele, mis respetos y comento: "Mientras exista una persona decente y valiente en el mundo, vale la pena también serlo" Gracias por ser así, no estás sola. Un abrazo sincero.
ResponderEliminarQue valiente... desgraciadamente muchos tienen miedo pero creo firmemente en que no podemos vivir con el, es admirable que personas como tu busquen expresar la verdad, que este sistema corrupto llamado gobierno no nos siga manteniendo ignorantes, espero que t recuperes pronto y que lo que estas haciendo sirva y d mucho. Cuidate.
ResponderEliminarEn el fondo, estás diciendo "Te entiendo, encapuchado; cuando me veas otra vez, recuerda que no me tienes que pegar, somos amigos, yo también creo que el gobierno es una mierda y todo el pueblo es bueno"
ResponderEliminarClaro que el gobierno es una mierda y EPN se puede ir para allá ...pero si uno como ciudadano no acepta la parte de responsabilidad que le toca, desde sus propias pequeñas acciones a diario, estamos jodidos