sábado, 27 de febrero de 2021

El miércoles la familia fue avisada que habían encontrado un cuerpo con las características, en Texcoco. Era ella, Rebeca es enterrada hoy y Jorge está prófugo. 

Por Yohali Reséndiz 

 Se llamaba Rebeca Jazmín Rosas Barrera, era madre de una pequeña de 5 años y tenía 21 años. El pasado viernes 19 de Febrero, fue vista por última vez por su familia, cuando se subió a la camioneta de Jorge “N”, de 28 años.

 “Se notaba que habían discutido, bajé al baño y la vi, y le pregunté: “Te enojaste, con Jorge”, ella me miró y se quedó callada. Minutos después, avisó que saldría con Jorge. El reloj marcaba las diez de la noche y vimos que Jorge arrancó la camioneta negra de doble cabina y se la llevó y ya no regresó” dice en entrevista el cuñado de Rebeca.

El sábado 20 de Febrero, Jorge llegó a las siete de la mañana a la casa de Rebeca a buscarla. 

 “¿Ya llegó Rebeca?”, preguntó. 

 “Pero si desde anoche se fue contigo” dijo la abuelita de Rebeca. 

 “Pues sí pero Rebeca se bajó de la camioneta” respondió. 

 “Todo el día Jorge se la pasó acompañándonos a hospitales, a lugares donde quizá estaba pensando en que le había pasado algo, ya la noche del sábado 20, levantamos la alerta Ámber. Jorge, incluso participó en una declaración ante la Fiscalía de Personas Desaparecidas pero nada de lo que declaró coincidía con lo que vimos la noche anterior. Jorge regresó a la casa, el domingo y el lunes de esta semana que tenía que declarar ya no se presentó. No ha vuelto a tener contacto, ya no contesta su celular y está prófugo” 

El miércoles la familia fue avisada que habían encontrado un cuerpo con las características, en Texcoco. Era ella, Rebeca es enterrada hoy y Jorge está prófugo. Si conoces su paradero, favor de enviar un correo a periodismoatodaprueba@gmail.com

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jueves, 18 de febrero de 2021

No te olvido...Ingrid.... Por Ingrid, por ellas, por nosotras…

 

Por Yohali Reséndiz

La noche del 8 de febrero del 2020, como muchas otras, Ingrid comenzó a discutir con Eric Francisco “N”, en un departamento en la Colonia Vallejo, de la alcaldía Gustavo A. Madero. Varios escucharon sus gritos que debieron ser, para cualquiera, una sacudida. Sus palabras eran de reclamo para pasar a la desesperación y luego al dolor…eran gritos con eco que clamaban ayuda….pero nadie hizo nada. Quizá pensaron: ¡Ella tiene la culpa! ¡No es nada, así es siempre! ¡Te metes y luego, regresa! y mientras la vida seguía afuera, dentro de aquel lugar, en la cocina, su agresor y pareja le arrancó la vida con la convicción de que tenía el derecho a someterla. Enseñarle quién manda. Educarla. Corregirla, partiendo de una superioridad moral sobre ella.

Como la mayoría de los feminicidios, el asesinato de Ingrid Escamilla, representaba el fracaso que sintió Eric Francisco “N” para seguir sometiéndola, pues los hombres violentos, siempre van a preferir torturar a sus víctimas psicológicamente y físicamente pero, cuando en ellas, ya no hay un efecto que respalda esa conducta violenta, no miran otro camino más que eliminarlas.  

No me queda duda que Ingrid tomó valor y le gritó en la cara a su verdugo que deseaba ser libre, que estaba dispuesta a romper sus ataduras y le resaltó que recuperaría su identidad. Por eso, fue asesinada. Así que, mientras el silencio reinó y la ciudad dormía, el cuerpo de Ingrid fue torturado.  Y no, aquí nada tuvo que ver el diablo sino seguir demostrando que él, seguía teniendo el poder sobre ella.

Ya con la luz del sol, vendría para una sociedad apática, otra vez, una sacudida, ahora en forma de video donde el feminicida confeso de Ingrid, un ser sin alma, describía sin anestesia e inhumanidad lo que le había hecho. La filtración de la fotografía de su cuerpo, se convirtió en el frentazo para una sociedad incapaz de reaccionar, al evadir su responsabilidad y no actuar, no mirar, no escuchar para luego, permanecer en la comodidad de sus refugios personales desoyendo cualquier grito de auxilio. Si lo analizamos bien, aquí la cuestión es que nadie tocó la puerta de aquel apartamento para saber si ella necesitaba algo, ni nadie llamó a la policía. He escuchado a quienes justifican que la exposición continua a hechos tan violentos ha logrado que normalicemos la violencia y no, esto que ocurrió no tiene justificación ni humanidad. Y debemos dejar de ser solo testigos y realmente preocuparnos por el prójimo sobre todo cuando éste clama ayuda. Aquí ya no se acepta un: “Lo siento, pero no me podía meter”. Silencio cómplice e impunidad casi siempre acompañan los crímenes por odio.

El cuerpo de Ingrid grita, la necropsia describe que su muerte se debió a la hemorragia ya que ella fue tomada por la espalda para realizarle un par de heridas con un instrumento punzo cortante que lesionó las estructuras del triángulo carotídeo. En la palma de sus manos, se observan heridas de defensa -cortaduras del instrumento, (cuchillo)-, en señal que todo el tiempo quiso protegerse. Además su cuerpo registra, que tuvo del lado derecho, penetrantes de toráx, es decir, que después de que Eric Francisco “N” le cortó el cuello, la lesiona con el mismo cuchillo a la altura de las costillas. Ingrid entró en un estado agónico profundo. Las estructuras del cuello fueron mortales desde el principio y el instrumento que utilizó fue con la decisión de asesinarla. Ella, no había fallecido totalmente cuando este depredador patológico comenzó a diseccionarla. Y no,  no se trataba de un enfermo mental, sino de un estado esquizofrénico momentáneo y consiente, tanto que fueron horas (casi 7)  las que estuvo lesionando a Ingrid una y otra vez. Su odio le dió la fuerza. Su dominio sobre ella, hizo que después de astillarle sus costillas con cada gajo de piel que fue cortando, se le encimara, las rompiera y las separara hacia afuera.  

Ingrid Escamilla de 25 años, recibió todo el rencor y desprecio que una persona puede manifestar a otro. Dejarla “hueca” fue un reflejo de despojarla de todo, de hacerla lo menos posible. Humillarla. Exhibir su cuerpo violentado y demostrar lo que un hombre violento y enardecido es capaz de hacer.

Sin embargo, la vejación a Ingrid no fue sólo por parte de su pareja, pues a la llegada de los peritos asignados al caso que debieron realizar un estudio riguroso con la finalidad de contribuir a esclarecer los hechos acaecidos en base a datos científico-técnicos, no hicieron bien su trabajo, pues olvidaron realizar el raspado de uñas que pudiera indicar que Ingrid, se había defendido desde la etapa temprana a la discusión y su defensa pueda demostrar que Erik Francisco “N” en todo momento, la atacó primero. Los encargados del peritaje que juega con un papel fundamental en el proceso penal, no cumplieron con el protocolo imprescindible en un feminicidio y no aportaron los elementos necesarios para un esclarecimiento en los hechos. Sin embargo, sí aportaron material en video y fotográfico que fue distribuido en segundos a tráves de whatsapp y subido a redes sociales.

Los peritos tampoco respetaron a Ingrid ni su muerte, ni la serie de reglas jurídico_técnicas que se necesitan para que su investigación en el caso sea conforme a derecho y no exista contaminación alguna, para efectos probatorios, ¿Cómo es que olvidaron realizarle a Ingrid una prueba fundamental?  Así que sí, después del feminicidio de Ingrid, vino la insensibilidad e ineficiencia de la autoridad, el morbo de la sociedad machista, el nulo respeto de medios impresos que retomaron la fotografía de su cuerpo y la consideraron para su primera plana y hubo en todo momento, un vacío de derechos hacia la víctima y du familia, sin olvidar resaltar que quien asesina a las mujeres, no son monstruos; son esposos, novios, parejas, vecinos, o amigos.

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viernes, 12 de febrero de 2021

Lorenza Reyes ha sido protagonista de un video doloroso e indignante que expuso su vida y maltrato ¿Pero cuántos adultos mayores querrian ser grabados para ser salvados, cuántos?

 Por Yohali Reséndiz 


La fotografía tiene al menos ocho décadas. Fue captada en una celebración, -como muchas- que se hacían cada  año al interior del predio ubicado en Fuentes Brotantes 6, Col. La Joya de la Alcaldia Tlalpan en la Ciudad de México, donde la familia Reyes siempre se destacó porque en sus fiestas se privilegiaba que "los chamacos", -que eran muchos", tuvieran un gran día. 


Los pachangones que se armaban eran comunitarios,  -todos cooperaban-,  y las fiestas favoritas, -de quienes en ese tiempo eran niños-, fueron las posadas que se convirtieron  -con el paso del tiempo-, en suspiros y nostalgias.


En esta fotografía, destaca una joven mujer llamada Lorenza Reyes que se dedicó al trabajo y a su pasión: la cocina. Un lugar que la llevaría a formar parte de la extensa plantilla de empleados del prestigioso Restaurante Arroyo y luego a un par de fábricas más, dónde conocería al hombre y al amor de su vida: Rafael López. 


Ella, estudió solamente el grado de primaria y muy joven, unió su vida a la de aquel muchacho con quien compartiría los sueños y el crecimiento personal. 


Quienes son cercanos y aún viven, aseguran que la violencia y los gritos, el maltratos y las agresiones, no eran bienvenidos ni aplicados en la casa de Lorenza...esas malas prácticas llegarían varias décadas después, con sus hijos y las normalizarian. 


Los años felices de Lorenza ocurrieron junto a Rafael pero luego una pérdida ensombrecería aquellos tiempos maravillosos pues Lorenza, tuvo una hija que murió. La nombró Sara y era su adoración. Aquel doloroso capítulo la llevó a reflexionar si quería de nuevo convertirse en madre y solo un par de años después, dio el sí y tuvo 4 hijos más y en este orden: Hortensia, Ubaldo (balón), Miguel Ángel y Juan.


Lorenza como millones de mujeres y a pesar de contar con el respaldo económico de Rafael,  trabajó la mayor parte de su vida, la cocina le encantaba y disfrutaba los sabores y olores. Aquella cocinera empírica, exquisita y única, preparaba platillos sin tener ningun estudio, aunque es necesario contar que la magia de su sazón fue aprendido de las abuelas de su época que con su "toque" deleitaban a los paladares mas exigentes.


Y así,  la vida de Lorenza siguió entre fiestas, los hijos, las comilonas familiares, respaldada y acompañada por otro hombre: Modesto. Un primo, con el que prácticamente compartía el mismo destino y espacio de un terreno que fueron fraccionado conforme las necesidades familiares y aquellas paredes divisorias crearon esa especie de laberinto actual.


Con el paso de los años, Modesto enfrentó la enfermedad: una embolia. Y a falta de hijos o esposa, sus sobrinos, José y Rosa tomarian ventaja y verían en él la posibilidad de vivir con "calidad" sin el esfuerzo del trabajo y a la muerte prematura de José, Rosa María Reyes comenzaría a violentar económicamente a su tío enfermo a cambio de "cuidados". Actualmente ella es quién cobra y se queda con el dinero de la renta de los departamentos, propiedad, de Modesto Reyes Nava, un hombre tres años menor que Lorenza y que aunque vive sin golpes, comparte el terreno y la misma condición de abandono que su prima Lorenza. Para los testigos consultados para esta historia definen su vida como "deplorable" dentro de ese mismo predio que durante muchos años, mientras la fuerza,  salud y entereza de Lorenza, Rafael y Modesto, con trabajo se permitieron no depender de nadie. 


¿Pero, el abuso repetitivo se siembra? 


Es muy triste, pero ocurre.   Sin embargo, nadie de Los Reyes consultados puede recordar si los padres de Lorenza o Modesto dieron maltrato,  abandono o algo parecido. Lo que si, es que recuerdan que nunca hubo excesos violentos en casa. 


Quienes recuerdan a Lorenza en su juventud, la visualizan como una mujer trabajadora y amorosa, muy amorosa con sus hijos, que al crecer se casaron pero jamás abandonaron el nido, pues ese terreno es tan grande que les permitió construir y vivir juntos pero no revueltos y como casi siempre ocurre en las familias mexicanas, cuando hay varios hijos, casi siempre uno asume al cien la convivencia y cuidados de los padres y en esta historia de la familia Reyes, esa responsabilidad le tocó a Miguel Ángel, que muchas veces, amargado, por la vida mediocre, descargó su ira en aquella mujer que le dio tanto, incluido el techo para sus hijos, -nietos de Lorenza-, y a cambio él, le dio maltrato y olvido.  Gritos y leperadas. Silencios y empujones con una dosis extra de coraje, desesperación y rabia, salpicados de una neurosis evidente que los hermanos fueron solapando porque eso era más sencillo que asumir y compartir responsabilidades sobre los cuidados de una mujer llamada Lorenza que desde niños, sí, por ser su madre, pero más por amor y convicción los cuidó, amó, sirvió, consintió y ofreció su vida y frutos, -producto de su trabajo-, para que ellos, -sus hijos-, pudieran lograr alcanzar en una vida de calidad. 


Así que, mientras Lorenza envejecía, fue más fácil subir el volumen de la música guapachosa y cerrar las ventanas a enfrentar la realidad que viven millones de abuelos y padres en este país y que no han tenido la fortuna de ser viralizados y expuestos en un video doloroso e indignante.  Porque en estos tiempos, eso sí es fortuna, pues solo así, la vergüenza hace reflexionar a los involucrados y son de alguna manera obligados en lo moral y en lo legal a reparar el daño. 


¿Cuántos adultos mayores desearían que alguien grabara su sufrimiento?


Hoy, Lorenza de 95 años,  tiene la oportunidad de vivir con calidad, en otro lugar, pero lamentablemente, la costumbre es más fuerte que el amor, ya lo escribió, Juan Gabriel, así que ella ha decidido ante la autoridad quedarse en SU espacio y claro, esa decisión tiene y debe ser respetada como derecho. Pero cómo  se puede garantizar que aquella situación cambie y que la violencia e indiferencia desaparezcan...si ya hay en ellos un patrón aprendido. 

Lamentablemente, sólo hay una camino que podría lograrlo eliminarlo de raíz y es la muerte de Lorenza sin que necesariamente con eso,  ese capitulo se cierre, pues hubo niños, hoy adultos que sus padres, (hijos de Lorenza) han crecido y han educado a sus hijos y nietos con ese maltrato permisivo,  activo y silencioso que puede repetirse una y otra vez durante generaciones. 


Y si a eso le sumamos que no hay una autoridad rígida y profunda ante la aplicación de la ley en casos así y se tienen respuestas tibias e indiferentes, el delito puede ser impune por décadas. 


Lorenza Reyes ha cimbrado las redes y sacudido conciencias y a sus 95 años es la protagonista de una historia de familia que es repetitiva en los hogares mexicanos. 


Es verdad, la violencia intrafamiliar no es un delito grave pero la autoridad está obligada a recibir la denuncia y escuchar a quienes quieren detenerla aunque no se sea familiar. Estas denuncias debe ser atendidas CON o SIN videos virales.... 


En cuanto a la sociedad, nos toca ser empáticos, solidarios, unidos como los vecinos de Tlalpan que al saber del maltrato a Lorenza se han organizado para exigir justicia pero también para solicitar a la autoridad el apoyo de especialistas para una educación de respeto hacia los adultos mayores. Sin olvidar resaltar que violentar a un adulto mayor es desdeñar un cúmulo de experiencias y siempre el maltratador, perderá más.


Ahora, miremos a Modesto y preguntemos... quien va a grabar a su nieta cobrando las rentas y dejando al olvido a quien realmente tendría que disfrutar de esa cosecha que él mismo sembró. 


Seguimos pendientes de la historia y sus consecuencias. 


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jueves, 11 de febrero de 2021

¡Eres una pendeja! ¡Ayyy Imbécil! el maltrato a Lorenza Reyes no es solo fisico, tambien psicológico y económico por parte de su hijo Miguel Ángel López Reyes. #SeBusca #Prófugo

Por Yohali Resédiz

Los gritos en el número 6 de la calle Fuentes Brotantes, eran cotidianos, 

¡Eres una pendeja! ¡Ayyyyy Imbécil! ¡Chingada madre!

“Los gritos eran de Miguel Ángel López Reyes, era aterrador y frustrante escucharlo cuando pasabas por la banqueta porque no podías entrar y mirar qué pasaba. Nunca nos imaginamos que agredía. Jamás nos pasó por la cabeza que era a Doña Lorenza, aunque si te soy honesta, casi siempre andaba moreteada y Miguel en varias ocasiones me comentó que se había caído. Eso cuenta también como descuido, falta de atención y como maltrato, ¿no?” relata a ésta reportera en entrevista, una vecina de Lorenza Reyes, -la mujer adulta mayor exhibida en redes por maltrato a manos de su hijo-.  

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Era medio día, y a pesar de que a Lorenza se le complicaba mucho caminar y tenía silla de ruedas, Miguel, obligaba a su mamá de entonces 93 años (2019) a caminar a empujones. 

“Lo tengo muy presente y ahora me arrepiento de no hacer nada más allá de lo que hice aquel día. Recuerdo que iba hacia mi trabajo, pero me quedé parada esperando un Uber cuando vi a la Sra. Lorenza caminando muy despacito con unos pants sucios, despeinada, y de repente su hijo de nombre Miguel la traía del brazo, justo al final del codo. Ella traía una especie de dulce y no lo podía abrir, cuando entonces él, se lo arrebató, lo abrió y se lo tiró y le gritó: ¡Eres una pendeja! Yo le dije:

 ¿Oiga qué le pasa?

Y él me contesto retador: 

“Tú qué te metes”

Y ella me miró y hasta hoy, es cuando no sé si esa mirada era de dolor o de auxilio… luego miró al suelo y siguió caminando y cuando me subí al Uber, miré que la llevaba otra vez empujando. Me arrepiento muchísimo de no enfrentarlo en ese momento. Lo lamento, de verdad” Dice otra vecina en entrevista. 

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Lorenza, tuvo cuatro hijos. Juan, Ubaldo, Miguel y una hija de la que nadie recuerda su nombre. 

“El maltrato lleva mucho tiempo. Ese terreno donde ella vive, tambien es de más familia. Sabemos que ha sido un integrante de la familia quien grabó el video en un acto de repudiar la agresión y gracias a eso, fue como a través de un chat vecinal pudimos mirar con horror lo que todos sospechábamos” dice otra vecina que ha aceptado una conversación telefónica. 

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“Hace tiempo que un hijo de Miguel, enfrentó a su papá por el maltrato a su abuelita y en lugar de que esto parara, lo corrieron de la casa. Es increíble hasta donde llegó Miguel” dice un familiar que ha aceptado una entrevista. 

¿En qué trabaja Miguel?

"Todos sabemos que no trabaja, que vive a costa de Lorenza"

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“Mire, se ha pasado y ahora como quién dice, pues hay que decir lo que es, Miguel ya tiene más de 60 y es también una persona de la tercera edad, aunque fuerte físicamente, pero huevón, mantenido. Todos aquí sabemos que vive de la pensión de su mamá, la que le da el Gobierno de la Ciudad y de la jubilación de su ex esposo. De vez en cuando, Miguel va al negocio de Juan que es el que tiene el negocio de comida acá adelante, a ganarse un dinero extra pero ¿trabajar? Es un vividor.  Vivía y comía a costa de ella. La explotaba" dice otro familiar lejano e indignado por el maltrato a la "abuelita" como él le llama. 

¿Y Ubaldo? 

-Ese ni se aparece mucho por acá. 

Luego de que el video donde se observa la violencia y el maltrato hacia Lorenza, varios medios de comunicación reportaron que Lorenza había sido trasladada a un lugar seguro con una mujer que dijo ser su nieta. Una fuente aseguró a esta reportera, que el agresor había huido dentro de un vehículo azul (marca Fiesta) dentro de la cajuela y las cámaras del C-5 estaban rastreando el destino de a dónde había sido llevado. Otra fuente oficial aseguró que el agresor había huido con Lorenza y que buscaban el vehículo. Luego fue emitido un boletín de prensa donde se leía: 

“Como parte de las diligencias, personal de la policía de Investigación (PDI)se presentó en el lugar para activar de inmediato sus protocolos de actuación, a fin de localizar cámaras de videovigilancia, públicas y privadas, así como la localización de testigos”. 

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“La familia protegió a Miguel. Fueron ellos quienes lo sacaron por la parte de atrás. Dicen que lo llevaron a un domicilio al Sur de la Ciudad, cerca del Rébsamen. Esa nieta del video que se lo lleva unas horas, creemos que es la que trabaja en la Alcaldía de Coyoacán y que vive en esa zona y pues por presión mediática, la regresó al mismo domicilio de donde se la llevaron y la han agredido mucho tiempo. No sabemos si con quienes la dejaron la agreden pero es obvio que ahorita no le harán daño, no son tan pendejos. Nos dijeron que otra nieta es la que va a pelearla y la va a cuidar” dice en entrevista una mujer cercana a la familia. 

Por lo pronto, la misma noche en que para Lorenza pudo significar tener la posibilidad de contar con un lugar que le permita una vida con calidad, la autoridad decidió que, Lorenza podía regresar con la familia que ha sabido de la agresión y nunca pusieron un límite. Lorenza regresó con “su familia”, la misma que se negó a interponer una denuncia penal. La misma “familia” que colaboró para que Miguel, se largara y hasta las 2:36 de la madrugada del 11 de Febrero que usted me lee, seguramente está escondido bajo la cama como rata y como rata será atrapado. 

“Cuando entró el agente a la casa para arrestarlo hace el cateo y pues ya no lo encontraron y estaba ahí. Es el mismo que sale en el video, ahí estaba cuando se llevan a Doña Lorenza y de repente, desapareció. Dentro de la casa hemos visto a Juan, a Ubaldo, a la hija, pero a Miguel no. Miguel es el mismo que la golpea y el mismo que pudo ser detenido pero se les peló. Está prófugo”

¿Era muy difícil resguardar a Lorenza en el DIF, en un albergue, en una casa de asistencia para adultos mayores?

¿El video no es una prueba suficiente de la violencia de la que es objeto?

¿La foto donde tiene la cara amoratada, no le indigna a la autoridad?

Por qué, por qué regresarla a ese hogar al que seguramente Lorenza detesta y la pone triste. 

Cómo una mujer delgadita, de 1.50, con 95 años de vida, iba a luchar contra un hijo, cuando ella fue quién le dio la vida y seguramente, el amor de madre ha hecho que se lo perdone todo. 

Por qué, a poco dejar una patrulla afuera del domicilio es una seguridad para que ella, otra vez no sea agredida. En todo caso, hubieran dejado a un policía afuera de su recámara.

Desde este blog, agradezco profundamente a los vecinos que permanecieron unidos y sostenidos por la rabia y el dolor de mirar a una mujer cansada, vejada, abusada. Gracias, por las horas para ella, por dar voz a Lorenza y hacer público una violencia que es real que en el 2017 reportaba más de 12.6 millones de personas mayores en el país. 

DEBEMOS RECORDAR, el maltrato no solo es violencia física, también lo es psicológica, el despojo, robo, fraude, violación, privación de la libertad, abandono, descuido y Lorenza cada día era víctima de más de un delito aquí mencionado y no, no podemos dejar ni olvidar que ella, merece vivir con calidad lo que le reste de vida. 

Los golpes en el rostro de Lorenza NO SON por CAÍDAS sino por la fuerza de la mano de su hijo. Por la rabia. Por las frustraciones no atendidas de Miguel Ángel López Reyes. 

Lorenza fue regresada de nuevo al domicilio, ubicado en Fuentes Brotantes 6 Col. La Joya, dónde fue golpeada por Miguel, su hijo y mientras siga prófugo, la foto de Miguel será exhibida en @yohaliresendiz hasta que la autoridad nos comparta la información de que su agresor fue detenido. 

Aquí no creemos en que los rostros de los que son señalados o exhibidos deban compartirse con una cinta en los ojos, ¿Así cuándo las personas reconocerán y denunciarán el paradero del delincuente si trae una cinta que le cubre los ojos? Eso es darles ventaja y aquí, en este caso, existe una prueba irrefutable de la agresión: el video exhibido y los golpes hacia ella. 

Así que, si conoces el paradero de Miguel Ángel López Reyes, golpeador y abusivo, escríbeme a: periodismoatodaprueba@gmail.com

No dejaremos de compartir hasta que sea detenido. 

P.D. Si te fusilas la información de este blog, ten la decencia de dar el crédito correspondiente. 

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