domingo, 26 de enero de 2014
Todas somos Yakiri
Por Yohali Reséndiz
El porque de que Yakiri podría obtener libertad con una valoración debida de las pruebas no solo es una obligación sino justicia.
Ya que aquellos involucrados directos en el caso y quienes han querido hundir a Yakiri no se han presentado a su cita en el juzgado.
Recordemos que la semana pasada, se llevo a cabo una audiencia en el juzgado penal 68 para desahogar pruebas en el caso de Yakiri Rubí, la joven que se encuentra encarcelada por defenderse de una violación desde el 9 de diciembre pasado, en la Ciudad de México. Su acusador, Omar Ramírez, no se presentó en el juzgado, tampoco lo hizo Víctor Núñez, el recepcionista del hotel Alcázar.
En la causa penal 248/2013 Yakiri ha relatado cómo dos desconocidos -que posteriormente fueron identificados como los hermanos Miguel y Omar Ramírez Anaya- la secuestraron, la llevaron forzosamente a un hotel, y la abusaron sexual y físicamente. Su testimonio se sustenta con las fotografías y el examen médico realizado a Yakiri por la Procuraduría General de Justicia del DF en el que se contabilizan más de 10 heridas en su cuerpo y espalda, incluidas algunas con arma punzo cortante.
A pesar de ello, el 17 de diciembre, el secretario de acuerdos, Jesús Sevilla Flores -en ausencia del juez Santiago Ávila que andaba de vacaciones- dictó auto de formal prisión contra la joven e ignoró por completo el testimonio de Yakiri, y todas las evidencias que lo sustentan.
No solo ha negado el valor probatorio a la declaración de la 23 de enero de 2014 de violencia sexual, violentando el derecho fundamental al debido proceso y los prinicipios de la reforma constitucional en materia de derechos humanos de las mujeres. Sino que omitió interpretar los hechos y dictar su resolución con un enfoque de género, realizando una interpretación subjetiva y sexista al establecer que la joven mentía, solo porque sí, siendo que su dicho está probado con toda la evidencia material. Incluso, llegó a proponer una supuesta relación entre ambos, con base en unas cartas de un amigo de Yakiri, de nombre Miguel, quien personalmente acudió ante la Procuraduría para demostrar científicamente que era su letra. Además, dió valor probatorio a dos testimonios: al de Omar Ramírez Anaya, señalado por Yakiri como uno de sus agresores, y el de Víctor Nuñez Alvarez, recepcionista del hotel Alcazar que declaró que “la joven no hizo ningún comentario al entrar”. Yakiri dijo en su declaración que uno de los secuestradores le dijo “tú calladita, aquí me conocen, ya te chingaste”. El recepcionista del hotel declaró también que registró al agresor con el nombre de “Pedro Ojeda”. Fue Yakiri quien pidió auxilio a la policía y en al menos, tres reportes policiacos se asientan las heridas y la solicitud de auxilio.
Yakiri ha sumado más de 40 días en la cárcel; desde el 9 de diciembre, que denunció ante la policía el ataque sexual y físico al que sobrevivió. El lunes 27 de enero, la defensa presentará argumentos para apelar el auto de formal prisión ante la magistrada Celia Marín Sasaki. De realizarse la nueva resolución con apego a los estándares internacionales de derechos humanos de las mujeres, una debida valoración de las pruebas y una interpretación del derecho sin sesgos sexistas. Si hay justicia en este país, Yakiri podría obtener su libertad.
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