Por Yohali Resendiz
Casi siempre, en circunstancias claves de nuestra vida, el miedo aparece y es ahí donde tenemos que ser tomar decisiones importantes porque de no hacerlo, el miedo ganará y estamos permitiendo que nos paralice.
Así que no importa la edad que se tenga porque los años no son sinónimo de madurez. Aquí, lo que vale la pena es arriesgarnos a ser distintos sin importar qué pensaran los demás de nosotros.
¿Quién no ha sido presa/preso del "qué dirán" "qué pensaran de mi" y eso al final "vale madres" porque saben, en la practica cotidiana al final si nos equivocamos solo nos tendremos a nosotros mismos y tendremos que levantarnos.
Así que, aquí la lección que nos da la vida, es que hay que ser genuina/o, distinta/o,
arriesgada/o pero no estúpida/o, y eso sí, siempre bajo cualquier circunstancia no permitir que el miedo se apodere de nosotros.
La siguiente historia que les voy a contar, no es distinta de los casos de bullying que ustedes conocen. Por algo, este país ocupa el primer lugar internacional en casos de bullying entre estudiantes de secundaria de acuerdo con estudios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE),
Se llama Carolina y últimamente ha tenido varios cambios importantes en su vida. Ella tiene 13 años de edad y cursa el primer grado de secundaria
La siguiente es su historia:
(He respetado su carta tal cual la envió a este blog)
Yo (Carolina) llegué una semana 2 días de haber iniciado el curso escolar a la secundaria e inmediatamente mis compañeras Valeria, Tamara, Cielo, Yanet, Jaqueline y Mitzi me exigían que me volara las clases junto con ellas y yo me sentí muy presionada porque de no hacerlo me “iría muy mal”. La única vez que accedí a salirme con ellas mi papá se dio cuenta y me regaño y me metió al salón (mi papa llevo a mi hermano a la primaria a las 8 am que es en el mismo lugar al que yo voy, por lo que me vio tratando de “volarme la clase”). Mis compañeras me molestaron desde ahí, diciéndome que yo era una niña mimada, vigilada por sus padres, y que tenía que volarme clases con ellas aunque yo no quisiera; por lo que me negué y empezó la violencia verbal y física que hasta la fecha sigue.
Un lunes, mi papa me acompaño a la papelería a comprar unas cosas y ellas me hablaron para que me fuera con ellas y que tenía que mentirle a mí papa, yo me negué y ellas me amenazaron diciéndome “esto lo vas a pagar”. Desde ahí empezó realmente mi problema.
Ellas siempre me dicen “puta, zorra, que debo moverlas más, que trabajo en un bar, bailo el tubo tubo”, me empujan a las bancas, me avientan, me ponen el pie, me tiran mi lunch, me esconden mi mochila y mis demás artículos escolares, me destruyen mis trabajos, me ponen trampas; ellas dicen que les machuco sus materiales cuando yo ni siquiera puedo voltear a verlas.
Cuando los maestros me dicen que me he ganado la escuela, ellas me avientan aviones de papel, bolas de papel con saliva y además lo hacen con la participación de mis demás compañeros. Eso no lo ven los maestros.
Mi orientadora se llama Karina García Albarrán y siempre me dice que eso no es posible, que yo soy una niña problemática, mala y que me tengo que calmar si quería seguir ahí en la escuela. Siempre le dio preferencia a los comentarios de las demás compañeras.
El director no me dice nada, me manda decir con las orientadoras de segundo A, Lily y de tercero que me salga de la escuela inmediatamente porque yo no tengo nada que hacer ahí y ya no puedo esperar a mi hermano de la primaria.
El director Nicolás Peña Fragoso siempre me obliga aceptar que soy yo la del problema y a pedir disculpas con mis compañeras de clase y después ellas se burlan en mi cara. Incluso Tania me dijo cosas muy obscenas. Ya no quiero ir a la escuela porque dicen que yo exagero la situación y que soy una ridícula y que nada más quiero que mi mama este ahí conmigo todo el tiempo.
El día viernes, un compañero Alejandro me pidió disculpas junto con su mamá, ambos llorando ya que saben que la situación está muy mal y los sentí sinceros. Mi mama fue varias a la escuela para levantar reportes en orientación pero las maestras la ignoran o la hacen menos.
Mi mama firmo un acuerdo con el director, subdirector, orientadora y la coordinadora de mediación de conflictos y lo firmo en la escuela; le prohíben la entrada a la escuela, no puede platicar con ningún maestro si no está la orientadora presente, la niña ya no puede llevar celular y solo puede entrar a la escuela con un citatorio especial. Pero nunca han tratado el tema de mi acoso escolar y mucho menos han castigado a mis compañeras por las diferentes agresiones que me han hecho.
Hasta aquí este texto, de una joven, estudiante de secundaria que se atrevió a ser distinta y denuncio.
Seguimos pendientes del caso....y haremos seguimiento.
¿Tienes una denuncia?
periodismoatoaprueba@gmail.com
Se soluciono este problema??? Que valiente es la chica, espero este todo bien para ella
ResponderEliminar